2022 se ha convertido en el año que ha permitido poco a poco llevarse a cabo conciertos y giras que la pandemia mundial había impedido de realizarse, una de estas giras que se pospusieron fue la del pianista, compositor y multi-instrumentalista islandés Ólafur Arnalds, quien regresó a la CDMX después de aquella primera visita a México en 2019 en el Auditorio BlackBerry, esta vez, sólo acompañado por un cuarteto de cuerdas para cerrar su gira norteamericana some kind of peace en uno de los recintos más bellos de la CDMX, el Teatro Metropólitan, el pasado jueves 16 de junio.
Está de más detallar por segunda vez la exitosa carrera de uno de los mayores exponentes de música neoclásica y grandes minimalistas contemporáneos que incluye además de varios álbumes de estudio y uno en vivo, diversas bandas sonoras y colaboraciones con Nils Frahm, Alice Sara Ott, Janus Rassmussen (con quien creó su fascinante proyecto electrónico Kiasmos), SOHN, Ry X, Nanna Bryndís Hilmarsdóttir de Of Monsters And Men, entre otros; y su más reciente remix del tema «Zeit» del nuevo álbum de la banda de metal industrial, Rammstein.
some kind of peace, es su sexto y último álbum de estudio lanzado en noviembre de 2020, su álbum más personal que surgió en medio de la pandemia colaborando con grandes nombres como Bonobo y las cantantes JFDR de Samaris y Josin. Sin duda, uno de los mejores álbumes del 2020 que teníamos que escuchar en vivo y que mejor que el majestuoso e histórico Teatro Metropólitan para esta experiencia inmersiva.
Jueves 16 de Junio, 2022. Teatro Metropólitan, CDMX.
En compañía de mi bella novia y después de turistear durante la tarde en el Zócalo de la CDMX y de comer en un restaurant sobre la calle de Tacuba en el Centro Histórico, llegamos al majestuoso Teatro Metropólitan a las 8:20 de la noche en medio de una ligera llovizna. El clima perfecto para volver a escuchar la música en vivo del joven compositor originario de Reykjavík, Islandia. Luego de unos minutos de contemplar el bello y elegante interior y lobby del Metropólitan (lugar que no visitaba desde el maravilloso concierto de Alva Noto & Ryuichi Sakamoto en el Festival Aural en 2012), la gente del staff nos ayudó a encontrar nuestros asientos muy amablemente.
Ya en nuestros cómodos asientos de terciopelo rojo mientras contemplabamos sus dos emblemáticas esculturas griegas ubicadas en cada lado de la sala teatro, a las 9:15 p.m. en punto, el galardonado de los BAFTA y mitad de Kiasmos, subió al escenario sin zapatos, en solitario y con un poquito de kilos de más (para la sorpresa de muchos) en medio de cálidos aplausos para comenzar la velada con la enigmática «Árbakkinn» de su álbum audiovisual Island Songs de 2016, mientras Pétur Björnsson y Sólveig Vaka Eyþórsdóttir en los violines, Karl Pestka en la viola y Unnur Jónsdóttir en el cello, se le unían al virtuoso del piano sobre el escenario bañado en tenues luces rojas.
Al terminar su primera pieza saludó al público con un «hola, cómo estás?» conectando al instante con el público mexicano y expresando lo feliz que estaba por regresar a tocar en la Ciudad de México asombrado por la gran cantidad de gente presente. Habló también del comienzo de su nueva gira por Estados Unidos y de haber escogido México para concluir su gira por Norteamérica después de haberla pospuesto desde el 2020 una y otra vez por obvias razones.
Luego de esta amena y corta conversación nos propuso participar en un experimento pidiéndonos cantar una nota musical misma que grabó y sampleó como un instrumento más durante «brot» de su álbum más ambicioso re:member de 2018, tal y como lo hizo en su concierto en el Auditorio BlackBerry en 2019. Continuando con la fantástica «Only the Winds» de mi favorito For Now I Am Winter de 2013 y sus beats electrónicos que retumbaron por todo el Metropólitan junto a un gran manejo de luces, sobresaliendo los 8 tubos de luces LED que se encontraban sobre el artista del sello Erased Tapes y sus pianos y sintetizadores formando un tipo de candelabros para su nuevo espectáculo que nos dejó maravillados. Tal vez, el elemento que llama más la atención de su show visualmente.
Envueltos por una bella atmósfera, siguió con la maravillosa «Loom», tema en la que colabora con el músico británico Bonobo de su último álbum some kind of peace. Luego nos habló sobre su accidente que sufrió hace unos años que le impidió tocar el piano por un tiempo, de su proyecto de música techno Kiasmos que causó gritos entre los presentes (incluyéndome) y de su software que desarrolló en colaboración con su amigo Halldór Eldjárn, llamado Stratus, una herramienta capaz de controlar dos pianos automatizados en solución a sus problemas causados por dicho accidente después de bromear un poco al respecto. Luego uno de sus sintetizadores comenzó a fallar mencionando que su software es como una IA (Inteligencia Artificial), pero una IA muy estúpida, causando la risa de todos los presentes para después hablar de tacos.
Luego de varios minutos de tratar de solucionar las fallas técnicas una persona del público comenzó a cantar «Cielito Lindo» y de repente todo el Metropólitan le estaba cantando al prodigio del piano. «Es la primera vez que cantan para mí» dijo muy entusiasmado. Sin duda, uno de los momentos más memorables de la noche que el músico se llevará de México por mucho tiempo y que compartió recientemente en sus redes sociales.
Ya con el problema solucionado, las delicadas notas de piano de «New Grass» y los sintetizadores de «Still / Sound», ambas del álbum some kind of peace, fueron las siguientes que nos cautivaron, al igual que «Beth’s Theme», su composición para la banda sonora de la serie de televisión Broadchurch de 2015. Las siguientes fueron «Spiral» y «Woven Song» en la que el violín sustituyó el canto de una tribu del Amazonas que podemos escuchar en la versión del álbum.
Luego, Arnalds cambió de lugar y de piano para interpretar «momentary» y la bella «saman» en medio de faros de luces cálidas entre una niebla y una paz que inundó el recinto. Continuó así con uno de sus clásicos «Happiness Does Not Wait» en su versión de 2021. Uno de los momentos más melancólicos de la noche.
De vuelta en su hermoso piano de cola siguió con las fascinantes «ypsilon» y «undir» (sólo el intro y sin las percusiones esta vez) con una excelente iluminación que iba en constante movimiento como si danzara con las notas de piano y las cuerdas, acelerando y llegando al clímax con ráfagas de luces progresivas que deslumbraron a todos entre secuencias electrónicas. En «ekki hugsa», también de su álbum re:member, las luces cambiaban en perfecta sincronía con las notas del piano de Arnalds seguido por una gran ovación.
De nueva cuenta volvió a tomar el micrófono para hablarnos esta vez sobre su último álbum, lo raro que fue para él realizarlo y lanzarlo sin público real, sin una conversación retroalimentaria, sin poder tocarlo en vivo y sin sentir la energía del público que hasta ese momento se había logrado agradeciendo nuestra presencia.
Nuevamente en su segundo piano que se encontraba de lado izquierdo del escenario continuó la mágica velada con las melancólicas «nyepi» y «Doria» que recibió la ovación del público de pie antes de interpretar «We Contain Multitudes» de su última producción en la que nuevamente fue ovacionado junto a su cuarteto de cuerdas antes de despedirse de una audiencia que no paraba de aplaudir de pie y de pedir otra.
Luego de unos minutos de aplausos y gritos, el genio de la neoclásica regresó al escenario en solitario para hablarnos de su abuela (como bien lo pronunció en español) quien falleció hace unos años y contándonos que le llamaba por teléfono para que arreglara su radio como pretexto para acompañarla mientras le preparaba pancakes con música de Chopin cuando él tocaba la batería en su banda de hardcore/punk Fighting Shit durante su adolescencia mientras se encontraba de gira con otra banda de punk llamada Dead After School, agradeciéndole a su abuela por esos momentos en que le ponía música de Chopin y que lo convirtió en el músico que es hoy. Una anécdota que ya había contado en su concierto de 2019 pero que vale la pena volver a escuchar antes de dedicarle «Lag Fyrir Ömmu» de su álbum Living Room Songs de 2011 con la que cerró la velada y su paso por Norteamérica en medio de luces que se iban desvaneciendo con sus delicadas notas de piano en la oscuridad.
El recital fue una experiencia de catarsis donde público y músico conversaron mutuamente entre música clásica, elementos electrónicos, silencios reconfortantes, luces automatizadas e historias llenas de humor en uno de los escenarios más importantes e históricos de una de las ciudades más ruidosas y caóticas del mundo, tan necesario para estos tiempos violentos y de incertidumbre. Una noche sublime y cautivadora de bella música que fusionó nuevamente lo más clásico con lo más moderno.
Su gira continuará por Europa en los próximos días acompañado por la cantante islandesa JFDR. Y de nueva cuenta espero que la próxima visita de Ólafur Arnalds a México sea ahora si junto a Janus Rassmussen y su proyecto electrónico, Kiasmos. Lo merecemos desde hace tiempo. [www.olafurarnalds.com]
+ vídeos @ Vimeo
Setlist:
1. Árbakkinn
2. brot
3. Only the Winds
4. Loom
5. New Grass
6. Still / Sound
7. Beth’s Theme
8. Spiral
9. Woven Song
10. momentary
11. saman
12. Happiness Does Not Wait (2021 Version)
13. ypsilon
14. undir (intro)
15. ekki hugsa
16. nyepi
17. Doria
18. We Contain Multitudes
Encore:
19. Lag Fyrir Ömmu
Escuchando:
Echoes (Erased Tapes, 2022), nuevo single de Rival Consoles lanzado el 15 de junio.